Río Búbal
Tiven unha casa guapa,
e lucín roupas, a eito,
e os amigos (que eran moitos!)
recricábanme o sombreiro...
Camiñaba sobre rosas,
e durmía en terciopelos.
Como o mundo xira e xira,
colleume a volta do veo!
e levo roupas turbiñas;
e acólleme un pardiñeiro.
Os amigos, (que son poucos...)
a constipación temendo,
van de présa, e non reparan...
Gasto zocos, e rouceo
sobre as charumelas murchas:
adormezo en pobre leito...
Os meus traballos non me doen;
ben o sabe Deus do ceo!
Inda máis, bendigo un dano,
que me aprendeu o mal alleo:
Agora dóenme os ispidos
agora choro cos famentos,
que camiñan sobre espiñas
e non atopan un palleiro,
onde o corpo, arrepiado,
arrecade refuxelo.
Malpocados, meus pobriños!
meus filliños...! Canto peno
por non ter lugar para todos
na estreitez do meu celeiro!
Porque a miña bica, moura,
para vós non de roleiros;
(ohm, meu Cristo! quen puidese
bendecila cos teus dedos!)
e non presten as miñas xergas,
para vos alfonxar, un lenzo!
Camiñades polos toxos...
magoádesvos sobre os rebos...
Só son desgraciadiña,
por non ter con que valervos!
Ai! se de prata se tornase
a cruz do remordemento!
Canto, feito, non fixese!
canto fixese, non feito!
Versión en castelán
Tuve una casa guapa,
y lucí ropas, a mansalva,
y los amigos (¡qué eran muchos!)
me alzaban el sombrero...
Caminaba sobre rosas,
y dormía en terciopelos.
Como el mundo gira y gira,
¡me cogió la vuelta el velo!
y llevo ropas turbias;
y me acoge un corralón.
¡me cogió la vuelta el velo!
y llevo ropas turbias;
y me acoge un corralón.
Los amigos, (que son pocos...)
la constipación temiendo,
van de prisa, y no miran...
la constipación temiendo,
van de prisa, y no miran...
Llevo zuecos, y doy vueltas
sobre las pinochas secas:
duermo en pobre lecho...
Mis trabajos no me duelen;
¡bien lo sabe Dios del cielo!
Aun más, bendigo un daño,
que me enseñó el mal ajeno:
Ahora me duelen los desnudos
ahora lloro con los hambrientos,
que caminan sobre espinas
y no encuentran un pajar,
donde el cuerpo, estremecido,
encuentre refugio.
¡bien lo sabe Dios del cielo!
Aun más, bendigo un daño,
que me enseñó el mal ajeno:
Ahora me duelen los desnudos
ahora lloro con los hambrientos,
que caminan sobre espinas
y no encuentran un pajar,
donde el cuerpo, estremecido,
encuentre refugio.
¡Infelices, pobrecitos!
¡hijos míos...! ¡cuánto peno
por no tener lugar para todos
¡hijos míos...! ¡cuánto peno
por no tener lugar para todos
en la estrechez de mi granero!
Porque mi torta, morena,
para vosotros no de porciones;
(¡oh, Cristo mio! ¡quién pudiese
bendecirla con tus dedos!)
y no sirvan mis jergas,
para abrigaros, ¡un lienzo!
para vosotros no de porciones;
(¡oh, Cristo mio! ¡quién pudiese
bendecirla con tus dedos!)
y no sirvan mis jergas,
para abrigaros, ¡un lienzo!
Camináis por los tojos...
os dañáis sobre los desescombros...
Sólo soy desgraciadita,
¡Por no tener con que socorreros!
¡Ay! si de plata se volviese
la cruz del remordimiento!
¡Cuánto, hecho, no haría!
¡Cuánto haría, no hecho!
Francisca Herrera Garridoos dañáis sobre los desescombros...
Sólo soy desgraciadita,
¡Por no tener con que socorreros!
¡Ay! si de plata se volviese
la cruz del remordimiento!
¡Cuánto, hecho, no haría!
¡Cuánto haría, no hecho!