miércoles, 23 de marzo de 2011

A negra terra



* Cosmogonía

En primeiro lugar existiu o Caos. Despois Gea a de amplo peito, sé sempre segura de todos os inmortais que habitan o nevado cume do Olimpo. No fondo da terra de anchos camiños existiu o tenebroso Tártaro. Por último, Eros, o máis fermoso entre os deuses inmortais, que afrouxa os membros e cativa de todos os deuses e todos os homes o corazón e a sensata vontade nos seus peitos. Do Caos xurdiron Érebo e a negra Noite. Da Noite a se vez naceron o Éter e o Día, aos que alumou preñada en contacto amoroso con Érebo. Gea alumou primeiro ao estrelado Urano cos seus mesmas proporcións, para que a contivese por todas partes e poder ser así sede sempre segura para os felices deuses. Tamén deu a luz ás grandes Montañas, deliciosa morada de deusas, as Ninfas que habitan nos boscosos montes. Ela igualmente pariu ao estéril piélago de axitadas ondas, o Ponto, sen mediar o grato comercio.

A Teogonía de Hesíodo



DE falar, falarei coa terra.

A terra verdadeira,


a negra terra

onde prende a raíz.


A terra que se pisa.


A terra que se queima e que se crava.


Ese enorme lenzo onde o home debuxa o seu capricho.


Onde o home se perde e se revolve en sombras.


A negra terra,


ese corpo de puta vella con dentes amarelos de tabaco,


con olleiras negras de tan azuis.


De falar, só con ela falarei


e falarei coas mans,


docemente coas unllas,


coa paixón dun amante,


como falan, cando albiscan a morte, os


xabaríns feridos.

De falar, falarei coa terra.


Coa terra, con esa negra terra


que cospe, como sangue do peito,
primaveras.

Manuel Rivas


Traducción al castellano

Cosmogonía

En primer lugar existió el Caos. Después Gea la de amplio pecho, sede siempre segura de todos los inmortales que habitan la nevada cumbre del Olimpo. En el fondo de la tierra de anchos caminos existió el tenebroso Tártaro. Por último, Eros, el más hermoso entre los dioses inmortales, que afloja los miembros y cautiva de todos los dioses y todos los hombres el corazón y la sensata voluntad en sus pechos. Del Caos surgieron Érebo y la negra Noche. De la Noche a se vez nacieron el Éter y el Día, a los que alumbró preñada en contacto amoroso con Érebo. Gea alumbró primero al estrellado Urano con sus mismas proporciones, para que la contuviera por todas partes y poder ser así sede siempre segura para los felices dioses. También dio a luz a las grandes Montañas, deliciosa morada de diosas, las Ninfas que habitan en los boscosos montes. Ella igualmente parió al estéril piélago de agitadas olas, el Ponto, sin mediar el grato comercio.

Teogonía de Hesíodoro



DE hablar, hablaré con la tierra.
La tierra verdadera,
la negra tierra
donde prende la raíz.
La tierra que se pisa.
La tierra que se quema y que se clava.
Ese enorme lienzo donde el hombre dibuja su capricho.
Donde el hombre se pierde y se revuelve en sombras.
La negra tierra,
ese cuerpo de puta vieja con dientes amarillos de tabaco,
con ojeras negras de tan azules.
De hablar, sólo con ella hablaré
y hablaré con las manos,
dulcemente con las uñas,
con la pasión de un amante,
como hablan, cuando vislumbran la muerte, los
jabalies heridos.
De hablar, hablaré con la tierra.
Con la tierra, con esa negra tierra
que escupe, como sangre del pecho, primaveras.