miércoles, 3 de noviembre de 2010

A moto do Serreno / La moto del Serreno

Concurso Paradela



Versión Galega

O "Serreno" era o quinto fillo da Carmela, a Chancas. Vivían nunha casiña á carón da estrada. Aquela casa non tiña habitacións, só había unha sala, nun recuncho estaba unha lareira e ao lado dela, colgado na parede un cunqueiro con pratos e potas. O piso da casa estaba cheo de buracos, fronte á lareira noutro recuncho había dúas camas. Roupa colgada duns cordóns, unha arca preto da lareira que servía de mesa e un escano arrimado á parede preto do lume. Só había unha única fiestra e nunha das contras da fiestra, un espello pequeno, diante o palanganeiro, cunha palangana, e na parte baixa unha xarra de barro.

Carmela, era a muller máis pobre da miña aldea, tiña sete fillos e non tiña máis que aquela casiña. Os fillos eran de distintos pais, os maiores eran xa mozos, cando eu era rapaza, Moncho, o "Serreno", era da miña idade.

Este rapaz, case non falaba con ninguén e á escola ía sempre só, saía á porta da casa, cun guiador dunha bicicleta e na súa moto , primeiro dáballe ao pedal unhas cantas veces, con aquelas
chancas, polo menos, dous ou tres números máis grandes cós seus pés, e sen amallós, e despois arrancaba a moto, ás veces, calábaselle, volvía a dar pedal ata que acendía, pero el non baixaba dela ata chegar á escola. No recreo xogaba coa súa moto, dando voltas arredor de nós, e á saída volvía pór a moto en marcha, para volver á casa. Así era a vida do Serreno, desprazándose a todas partes naquela moto.

Nunca tiven ocasión de preguntarlle de que cor era a moto, porque como podedes imaxinar, só existía na imaxinación do rapaz, o único que podiamos ver os demais era un guiador que algunha vez formara parte dunha bicicleta, e estaba todo enfurruxado, e escoitar ao Serreno imitar o ruído dunha moto.




Chanquiñas, chanquiñas miñas, feitas de coiro e madeira
convosco aprendín a andar polos montes e canellas.

Ía baleirando charcos, saltando de pedra en pedra
levaba as vacas ao prado, á misa e á escola ía con elas.

Cando volvía da escola, despois de tomar a merenda,

saltaba á corda coas miñas chanquiñas, no campo da aldea.


Á noitiña sentaba no escano que había arredor da lareira,
meu avó contando contos de mouras, bruxas e meigas.

Na época da matanza, cando as chourizas estaban frescas
a miña avoa asábaas entre as brasas envolvidas nunha verza.


Mentres eu durmía na cama, as chanquiñas á carón da lareira
tiñan que estar quentiñas para non coller frieira.



Versión Castelán

El "Serreno" era el quinto hijo de la Carmela, la Chancas, vivían en una casita al lado de la carretera. Aquella casa no tenía habitaciones, sólo había una sala, en un rincón estaba un lar y al lado, colgado en la pared un alzadero con platos y ollas. El piso de la casa estaba lleno de agujeros, frente al lar, en otro rincón, había dos camas. Ropa colgada de unos cordones, un arca cerca del lar que servía de mesa y un banco arrimado a la pared cerca del fuego. Sólo había una única ventana y en una de las contraventanas, un espejo pequeño, delante el palanganero, con una palangana y en la parte baja una jarra de barro.

Carmela, era la mujer más pobre de mi aldea, tenía siete hijos y no tenía más que aquella casita. Los hijos eran de distintos padres, los mayores eran ya mozos, cuando yo era niña, Moncho, el "Serreno", era de mi edad.

Este niño, casi no hablaba con nadie y a la escuela iba siempre sólo, salía a la puerta de su casa, con un manillar de bicicleta y en su moto, primero le daba al pedal unas cuantas veces, con aquellos zuecos, por lo menos, dos o tres números más grandes que sus pies y sin cordones, y después arrancaba la moto, a veces se le calaba, volvía a dar pedal hasta que encendía, pero él no bajaba de ella hasta llegar a la escuela. En el recreo jugaba con su moto, dando vueltas alrededor de nosotros, y a la salida volvía a poner la moto en marcha, para volver a casa. Así era la vida del Serreno, desplazándose a todas partes en aquella moto.

Nunca tuve ocasión de preguntarle de que color era la moto, porque como podéis imaginar, sólo existía en la imaginación del niño, lo único que podíamos ver los demás era un manillar, que alguna vez había formado parte de una bicicleta, y estaba todo oxidado, y escuchar al Serreno imitar el ruido de una moto.


Zuequitos, zuequitos míos, hechos de cuero y madera
con vosotros aprendí a andar por los montes y callejas.

Iba vaciando charcos, saltando de piedra en piedra
llevaba las vacas al prado, a misa y con ellos iba a la escuela

Cuando volvía de la escuela, después de tomar la merienda,
saltaba a la comba con mis zuecos, en el campo de la aldea.

Al atardecer sentada en el banco que había alrededor de la "lareira",(1)
mi abuelo contando cuentos de mouras("2), brujas y meigas(3).

En la época de la matanza, cuando los chorizos estaban frescos
mi abuela los asaba entre las brasas envueltos en una berza.

Mientras yo dormía en la cama, los zuecos al lado de la "lareira"
tenían que estar calentitos para no coger frieira(4).


Vocabulario:
1.- lareira en castellano es lar (piedra plana colocada en el suelo sobre la que se hacía fuego y se cocinaba.
2.- mouras personajes mitológicos gallegos.

3.- meigas son magas, tienen un papel muy parecido al de las brujas, pero las meigas también pueden curar y hacer obras buenas.

4.- frieira en castellano son sabañones.





22 comentarios:

MAMÉ VALDÉS dijo...

Personajes como Serreno existían y perduran aún en muchos pueblos y ciudades, seres ánominos que siempre están ahí, que hoy "Usted" no lo has descrito muy bien.

Muy buena entrada para el nuevo concurso de Paradela, un saludo y nos vemos en la final.

Anusky66 dijo...

Que tierna la historia de " el serreno" todo un personaje,muy bien descrito y precioso el poema de los zuecos .
Un besazo y suerte

mariajesusparadela dijo...

äs chancas , pola zona da Cañiza chamamábanse tamancas e ala polo ano 69 puxéronse de moda entre as rapazas da cidade (supoño que o recordarás.
Precioso, Dilaida, ise canto as chancas e, éche ben certo que os Serrenos existiron.

Encarni dijo...

Pues yo también acabo de 'colgarme' la entrada. Yo me he ido por los cerros de Ubeda, pero para participar está bien.

Dilaida, la historia es entrañable, porque hay muchos niños así, en muchos lugares.

El poema está genial, me ha gustado mucho.

Enhorabuena, compañera, nos vemos en la final.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Dilaida ...la triste historia de hijos de la pobreza aunque con su imaginación se entretenía...
Lo peor es que siempre estaba solo...
El poema a los zuecos, aunque no lo entienda y no sé ni si lo leo bien me gusta en gallego.
Un saludo colaborador.

ARO dijo...

Muy buen relato. Te veo entre las mejores. En la lucha nos vemos. Suerte.

felicitat dijo...

Anda Dilaida, qué bien te ha salido. Qué niño tan curioso, pues aunque rias o no, en mi clase, cuando el cole, había uno... no se por donde andara, pero se encerró en casa y no salía nunca, porque decía que los niños se reían de el, y era verdad, qué crueles podemos llegar a ser, siempre me dio lástima el chiquillo aquel, se llama Benet(Benito), si aún vive.
Me gusta muchísimo más, el verso de los zuecos, es tan gracioso!

Te deseo suerte, porque con tanto albedrío, se está poniendo dificilíiisimo.
Un saludo.

Juan Carlos dijo...

No se que me ha gustado más, si la historia o el poema. Gracias por los dos.
Salu2

Marcos dijo...

Una historia con alma, sin duda.
Muy bonita, Marisol.
Besos.

NINA dijo...

Bello y tierno.

Txema dijo...

Muy bien. Siempre original.

bicos

Raticulina dijo...

Preciosa oda a los zuecos, y encantador el retrato de Serreno motorizado.

Suerte y besos

nocheinfinita dijo...

Estoy segura que si le hubieras preguntado, no solo te habría dicho el color de la moto, te dice marca y hasta el modelo... A veces me siento retratada en ese Serreno.

El poema lo leí primero en castellano para entender lo que decía, pero luego como dice Anna lo leí en gallego y me gustó más.

Un beso

noche

Maripaz dijo...

Que entrañable relato y que bien describes la imaginación de ese niño para andar de acá para allá con su motocicleta.

El pomema, precioso!!

Te veo ganadora

ibso dijo...

Un niño con su imaginación, ¿qué más se necesita para jugar? Cuando la escasez aprieta el ingenio se agudiza.
Bonito relato. Mucha suerte en el concurso.
Ibso.

emejota dijo...

Parece tan lejano pero al leerlo se nos acerca como la entrada de un tren en el tunel, la oscuridad de un pasado no tan lejano.Me ha gustado mucho. Un fuerte abrazo.

m.eugènia creus-piqué dijo...

Siempre me he preguntado Dilaida cómo se debe andar con estos zuecos, debe ser difícil aunque todo es acostumbrarse, una historia bonita y real como la vida misma. Petons.

José Vte. dijo...

La historia me ha llegado mucho, es tierna y sencilla, nunca he estado en Galicia (espero hacerlo algún dia), pero mientras lo iba leyendo, esa forma particular de narrarlo me parecía sentir que lo estaba escuchando.
Me ha gustado mucho, suerte en el concurso.

Un beset

Isabel Martínez Barquero dijo...

Me parece una historia preciosa, querida Dilaida, aparte de estar magníficamente escrita, con esas descripciones reposadas y atinadas con las que he disfrutado.
La semblanza del Serreno es dulce y sensible, con esa moto imaginaria que lo hacía el rey del mundo.
Y el final es precioso, como un canto del Serreno lleno de hermosura.

Mi más sincera enhorabuena. Es de lo mejorcito que he leído para este concurso.
Y te descubro aquí en esta nueva faceta de narradora, que tanto me ha gustado.

Bicos siempre.

paideleo dijo...

Por que muitos deses cuitados "van" en moto ?.
Precioso e triste.

Isabel Barceló Chico dijo...

Conmovedor relato. Me ha llegado al alma. Un abrazo, querida amiga.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Dilaida.

Bonito relato, tiene toda la ternura de las gentes humildes y trabajadoras, las de allá o las de aquí.

En mi pueblo tuve un amigo que corría en un caballo imaginario.

Gracias por visitarme,

abrazos.