Polos claros carreiros o outono camiña,
cos ollos dourados de amarelos reflexos.
Na marcha covarde do seu paso hai tino.
Ao dobrar as esquinas detense. Os seus dedos,
esmiúzan a carne das últimas rosas.
Leva ao brazo a capa de orballos e ventos
que sacude nas árbores co seu aspecto máis rudo.
A extensión despida. Por chairas e outeiros
vai deixando a súa sombra lentitude macilenta
das súas lívidas luces. Vai cargado de fantasías
as súas sazóns logradas. O sabor dos froitos
madúralle nas veas promisións de inverno.
Polos claros carreiros o outono declina
escorregando o seu paso polas paisaxes sen lume,
renacido no gozo da luz pensativa.
Engárzaselle na capa a tortura do tempo
que lle vence e azouta. Sóbeselle ao colo
a tristeza do Pino coa aurora do rezo.
Névalle na alma soidade. Íspese
a transida inocencia que vixía o silencio,
e agúzase nun fío de caricia indecisa
pola serra aterecido de asperezas, o nordés.
Polo aire alborece, retadora, a néboa,
e o candor da luz refúxiase no seu voo,
sorprendido de sombra. Foxe, volve... Alóxase
na paz da fronte pensativa do vello,
e desvela nos días transparencias douradas,
claridade traspasada de invernais axexos.
cos ollos dourados de amarelos reflexos.
Na marcha covarde do seu paso hai tino.
Ao dobrar as esquinas detense. Os seus dedos,
esmiúzan a carne das últimas rosas.
Leva ao brazo a capa de orballos e ventos
que sacude nas árbores co seu aspecto máis rudo.
A extensión despida. Por chairas e outeiros
vai deixando a súa sombra lentitude macilenta
das súas lívidas luces. Vai cargado de fantasías
as súas sazóns logradas. O sabor dos froitos
madúralle nas veas promisións de inverno.
Polos claros carreiros o outono declina
escorregando o seu paso polas paisaxes sen lume,
renacido no gozo da luz pensativa.
Engárzaselle na capa a tortura do tempo
que lle vence e azouta. Sóbeselle ao colo
a tristeza do Pino coa aurora do rezo.
Névalle na alma soidade. Íspese
a transida inocencia que vixía o silencio,
e agúzase nun fío de caricia indecisa
pola serra aterecido de asperezas, o nordés.
Polo aire alborece, retadora, a néboa,
e o candor da luz refúxiase no seu voo,
sorprendido de sombra. Foxe, volve... Alóxase
na paz da fronte pensativa do vello,
e desvela nos días transparencias douradas,
claridade traspasada de invernais axexos.
Pura Vázquez (Vida Gallega -1944)
Castellano, la versión original
Por los claros senderos el otoño camina,
con los ojos dorados de amarillos reflejos.
En la marcha cobarde de su paso hay cuatelas.
Al doblar las esquinas se detiene. Sus dedos,
desmenuzan la carne de las últimas rosas.
Lleva al brazo la capa de lloviznas y vientos
que sacude en los árboles con su ceño más rudo.
La extensión se desnuda. Por llanueras y cerros
va dejando su sombra lentitud macilenta
de sus lívidas luces. Va cargado de sueños
sus sazones logradas. El sabor de los frutos
le madura en las venas promisiones de invierno.
Por los claros senderos el otoño declina
resbalando su paso por paisajes sin fuego,
renacido en el gozo de la luz pensativa.
Se le engarza en la capa la tortura del tiempo
que le vence y azota. Se le sube al regazo
la tristeza del Pino con la aurora del rezo.
Se le nieva en el alma soledad. Se desnuda
la transida inocencia que vigila el silencio,
y se aguza en un filo de caricia indecisa
por la sierra aterido de asperezas, el cierzo.
Por el aire amanece, retadora, la niebla,
y el candor de la luz se refugia en su vuelo,
sorprendido de sombra. Huye, vuelve... Se aloja
en la paz de la frente pensativa del viejo,
y desvela en los días transparencias doradas,
claridad traspasada de invernales acechos.
con los ojos dorados de amarillos reflejos.
En la marcha cobarde de su paso hay cuatelas.
Al doblar las esquinas se detiene. Sus dedos,
desmenuzan la carne de las últimas rosas.
Lleva al brazo la capa de lloviznas y vientos
que sacude en los árboles con su ceño más rudo.
La extensión se desnuda. Por llanueras y cerros
va dejando su sombra lentitud macilenta
de sus lívidas luces. Va cargado de sueños
sus sazones logradas. El sabor de los frutos
le madura en las venas promisiones de invierno.
Por los claros senderos el otoño declina
resbalando su paso por paisajes sin fuego,
renacido en el gozo de la luz pensativa.
Se le engarza en la capa la tortura del tiempo
que le vence y azota. Se le sube al regazo
la tristeza del Pino con la aurora del rezo.
Se le nieva en el alma soledad. Se desnuda
la transida inocencia que vigila el silencio,
y se aguza en un filo de caricia indecisa
por la sierra aterido de asperezas, el cierzo.
Por el aire amanece, retadora, la niebla,
y el candor de la luz se refugia en su vuelo,
sorprendido de sombra. Huye, vuelve... Se aloja
en la paz de la frente pensativa del viejo,
y desvela en los días transparencias doradas,
claridad traspasada de invernales acechos.
Pura Vázquez (Vida Gallega-1944)
13 comentarios:
Guapa mujer y preciosos versos, su lectura nos devuelve a la calma
Bicos
Estupendo poema que nos permite un rato de sosiego y de paz. Gracias.
Un beso
No conocía a esta poetisa.
Gracias por darla a conocer
Bicos
Invierno en estado puro... Lo supo captar y transmitir muy bien. ¿Sabes que entiendo mejor el gallego en poesía que en prosa? Raro que es uno... O quizá es que lo poco que sé lo aprendí en la facultad, y hacíamos mucha póesía, y estoy más acostumbrado. O igual es que el ritmo del poema, su música, me facilitan el trabajo.
Non sei falar dela si non é a carón da súa irmá.
No conocía a esta mujer, pero me ha deslumbrado con este poema lleno de majestuosidad y ritmo al tiempo.
Esta sonata de otoño es realmente preciosa.
Bicos, galleguiña.
Vaya, que bueno, gracias por traerla, no la conocía. Me encanta la poesía femenina, tiene algo especial, en general. Bico.
Como siempre digo no hay día que no descubra o aprenda algo nuevo en la blogosfera, un saludo
Soy ignorante. Gracias por ayudarme a salir.
bicos
No conocía a esta escritora Dilaida, me ha gustado,solo decirte que me encantan los poemas, me relaxan.Un besote guapa.
Os seus dedos esmiúzan a carne das últimas rosas.
NOn sei se é esa descripción do outono-inverno que entristece, ou a foto que trae un ollar do pasado,
pero este post teu de hoxe deixame un chisco melancólica...
¡que mala prensa ten o outono!
mágoa!
porque despois de todo, mira que versos mais fermosos lle arrinca ós poetas.
no conocía hasta ahora a Pura Vázquez, muller fermosa.
biquiños,
Que bonito! Xa quixera eu...!
Pero cadaquén é como é. E Pura e Dora Vázquez son grandes!
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