lunes, 7 de mayo de 2012

Unha paisaxe nostálxica




Miraba dende a fiestra ou subía ao penedo de Foxacos para seguir mirando aquela paisaxe, sempre cara á sur, alí ao lonxe, case no horizonte... quería estar alí pero non quería abandonar o lugar onde se atopaba, ufff!,  demasiado complicado. Ela só tiña nove, dez,... anos e ninguén lle quería explicar porque non podía estar tamén nese outro lugar. Demasiados segredos, aínda que ela escoitaba..., escoitaba tantas cousas que non entendía! 

Á bisavoa tamén lle gustaba mirar, nos derradeiros anos da súa vida, pola noite, estaba convencida que vía ao seu marido que morrera había varios anos. Dicía "mira ao Manuel, xa anda dando voltas arredor da igrexa, aínda se lle vai apagar o farol". "Avoa", berraba a rapaza, mirando para ela para que lese nos seus beizos, "alí non hai ninguén". "Como que non hai ninguén pelandrana?, está o Manuel co farol ou estás cega?"


Versión en castelán

Miraba desde la ventana o subía a la peña de Foxacos para seguir mirando aquel paisaje, siempre hacia el sur, allí en la lejanía, casi en el horizonte... quería estar allí pero no quería abandonar el lugar donde se encontraba, ¡ufff!, demasiado complicado. Ella sólo tenía nueve, diez,... años y nadie le quería explicar porque no podía estar también en ese otro lugar. Demasiados secretos, aunque ella escuchaba..., ¡escuchaba tantas cosas que no entendía! 

 A la bisabuela también le gustaba mirar, en los últimos años de su vida, por la noche, estaba convencida que vía a su marido que había muerto hacía varios años. Decía "mira al Manuel, ya anda dando vueltas alrededor de la iglesia, aun se le va a apagar la farola". "Abuela", chillaba la niña, mirando para ella para que leyese en sus labios, "allí no hay nadie". "¿Cómo que no hay nadie pelandrana?, está Manuel con la farola o ¿estás ciega?"

14 comentarios:

Eastriver dijo...

Los árboles, desde antiguo, han sido el espacio del misterio, de lo sagrado. En ellos, en las montañas, en las sombras que dibujan de noche, otras dimensiones se abren, o por lo menos se insinúan. Si existe además la sensibilidad suficiente, uno ve claro.

Txema dijo...

Y nos hablan, aunque estemos muchas veces sordos.

bicos

Felipe Medina dijo...

Qué difícil es explicar las dificultades que la realidad impone cuando el sentimiento ahoga.

Bicos

RGAlmazán dijo...

Precioso paisaje, una maravilla desde donde se puede ver y oír por encima de la realidad.
Bicos

Isabel Martínez Barquero dijo...

Imagino esa paisaje que nos muestras de noche y entiendo a la abuela y me pregunto cómo no intuiría al Manuel la niña.
Desde que conocí por vez primera Galicia, entendí lo de la Santa Compaña y muchas otras leyendas. Esos paisajes son mágicos.
Un abrazo bien grandote, querida Dilaida.

mariajesusparadela dijo...

A veces se mira sin ver otras, se ve más allá de la mirada.

MAMÉ VALDÉS dijo...

¿Recuerdos del pasado o del presente?
Un saludo desde el sur del sur...

Raposo dijo...

Pelandrana!! fai ben anos que non escoito esa palabra.
Unha paisaxe ben fermosa.

matrioska_verde dijo...

cada un ve o que quere, faltaría mais, e a túa bisavoa ven que o sabía.

biquiños,

encántanme os teus contos.

Paz Zeltia dijo...

que paisaxe preciosa, canto que mirar nela... andar os camiños entre as casas cheas de historias e segredos, meterse por entre as vides, baixar cara as árbores, chegar ata o regueiro? que hai no fondo, volver subir polo monte de enfronte ata onde da o sol e contemplardende o outro lado a aldea, as vides...

Rita dijo...

Es un paisaje que invita a tantas cosas...no me extraña que la niña quiera estar y que la abuela vea lo que desea ver
bicos

Maripaz dijo...

Hay algo mágico en el relato y en el paisaje. Galicia es un paraiso.
Bicos.

Paz Zeltia dijo...

Esta vez tardas máis en publicar un novo post do habitual...
espero que todo vaia ben.

bicos

Lembranza dijo...

Ayy, que maravilla!! Tengo ese paisaje metido en mi retina. Cuanto lo echo de menos.
Moitos bicos